
Aqui posamos Euchrid, Al y yo en la ventanilla del coche de la Sra. Mitxura decidiendo a saber que imposible. Está cayendo el sol y vamos a mi casa. Aún no he cobrado. Esto se torna melodramático. Me lo voy a tomar con humor. Así pues, en asamblea trinitaria hemos decidido por unanimidad publicar en el blog nuestro capital tripartito. Lo único que no hemos hecho es contarlo ni sumarle las deudas. Lo publicaremos al final del post, porque esto no es una ONG y no queremos dar pena ni nada de eso, como decía Nietzsche. Otro de los aspectos positivos de la insolvencia económica,

además de las continuas llamadas que ya comenté, es el aumento exponencial de la creatividad culinaria. Combinaciones imposibles generan texturas y sabores sin igual bajo la estricta poética de no bajar a comprar, o sea, hacerlo a la deloquehaya enlanevera's way. Fantásticos arroces de lo que quedaba por el congelador.
Por cierto, que Euchrid, Al y yo estamos volviendo a escalar. Encontrámosle el gusto de nuevo a eso de apretar como condenados ínfimos pedazos de roca en la montaña y de resina en el rocódromo, dejando millones de epiteliales sobre todo de la piel de la primera falange de los dedos de las manos. Menos mal que hemos descubierto una pomada para regenerar la piel lijada de las manos por las presas de un dia para otro. Ni con el Aloe. Se llama blastoestimulina y tal, y hace que las células (blasto) crezcan más deprisa (estimulina?). Y no veas. Estamos indagando sobre la posibilidad de utilizar esta crema en otros lugares del cuerpo para aumentar, por ejemplo, la capacidad intelectual propia y ajena aplicándolo directamente sobre el cerebro. Al sugiere que lo hagamos ya, que si no alguien se nos adelantará. Euchrid en cambio no ve claro lo de perforar el cráneo y piensa que va a doler. Es un quejica este Euchrid. Yo, por mi parte, me preocupa más que llegue la semana que viene, que cobre, y que podamos organizar un guateque de bombo a negras con los malditos para celebrar mi cumple y el de Daniel-San. Espero que esto pase ya pronto y pueda discernir entre este torrente de tristeza y mala ostia. De momento soy como una bomba de la Guerra Civil de esas que la gente se guarda en casa y luego se deflagran ellas mismas así sin avisar. De momento meditación en movimiento: la escalada. Aunque la verdad es que la vuelta ha sido dura. Demasiados meses sin entrenar se notan y mucho. De todos modos, voy recuperando la gestualidad y en breve estaré por las piedras apretando como un maldito un desplome de infarto.