Fumando espero y me hago fotos.

Fumando espero la navaja automática de tu voz. Fumando espero el traidor de tu aliento. Como dice Corcobado. Y miro la luz que incide en mi mano y pienso en que mañana te veré un rato y que ya no te vuelvo a ver como mínimo hasta la semana que viene porque resulta que me voy con el Sr. Fin a hacer otro fregao serio serio que te cagas porque tengo que alimentar a la máquina esta que voy a poner ahi bajo con película y da un canguelo que te cagas y tal. Vamos a rodar una historia de miedo. Yo no puedo ver pelis de miedo, la Sra. Michura lo sabe bien. Espero que hacerlas no me resulte tan difícil. Pero la verdad es que creo que lo pasaré peor poniendo película en dos malditos cilindros metálicos que viendo el exorcista, y mira que lo pasé mal. Porque es lo que tiene el cine, que no son electrones chuscadísimos cable arriba y abajo, sino luz incidiendo sobre un metal noble en forma de emulsión de plata. Y eso, que no puede ser lo mismo que cables con inscripciones en japones, pienso yo. Y hace ruido la cámara de cine, posclaro que si. Porque las únicas cosas que no hacen ruido en este mundo son malas fijo, como el vídeo, la enfermedad o la muerte. Lástima que esto vaya a desaparecer con la Alta Definición, pero es que es la ostia la Alta Definición. Pero eso es otro cantar. Por ciero que también debo aplicar allí mis habilidades con las cuerdas, las alturas los mosquetones y las monerías en general para descolgar a un monstruo desde el techo de un plató para un par de planos. Esto es fantástico. El día que me tome la vida en serio... mientras tanto os dejo con esta preciosidad...