08 enero 2007

Desavenencias varias.

Nos sentimos, desde nuestra renovada ciénaga, solos de cojones. La separación, el rencor, nos reconcomen. Debo ser una bestia de persona para no merecer ni la cordialidad. Intentamos renovarnos, limpiar, adecentar, pulir, seguir al fin y al cabo, pero hay días como hoy en los que nos es imposible levantar el cráneo del suelo y dejar de canturrear letanías de explosión y muerte. Nos pesa, nos duele y nos tememos que todo ello no sea por su parte otra cosa que un ademán de desagrado, un castigo ejemplar impuesto bajo un criterio de cristal roto. En estos días nos llegamos a preguntar qué hubiera pasado si, tal vez se podría haber... lo que viene a ser ese remordimiento sordo de cuando uno no acaba de saber bien lo que hizo mal o lo que omitió o lo que sea. Lo cierto es que seguimos en la brecha, aún sin su venia.
Además, Al, Euchrid y yo tenemos ganas de rodaje tras los éxitos cosechados con el Sr. Fin en algún festival internacional de cortometrajes en 35 mm. La televisión da de comer pero no hace feliz al hombre, dice un antiguo proverbio chino. Seguimos preparándonos para cuando llegue el momento...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te deseo que se te presenten las oportunidades debidas, para tu felicidad total.
La verdad no sabía eso de que en tu profesión la tele no hace feliz :)

Besito

3:52 p. m.  
Blogger Euchrid said...

En mi profesión la felicidad radica en la pasión, y la verdad es que en la tele lo que se dice pasión...

10:16 p. m.  
Blogger Tabe_ said...

No és feliç aquell que fa el que estima, sinò aquell que estima el que fa. Psicologia barata i apropiada.

8:03 p. m.  
Blogger horchatilla said...

Supongo que en esos momentos no te acuerdas de que tus ojos son los nuestros, aunque a veces condicionado y maniatado, eres una de esas personas que además de mirar, ven. Filtras este mundo para despertar los sentidos de los sentados, no siempre lo que desearías ofrecer, pero tienes la facultad y posibilidad de comunicarte con un medio que te gusta. Siéntete dichoso, las historias se presentan solas.

8:51 p. m.  

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